miércoles, 8 de abril de 2009

5 cosas que puede hacer un emprendedor en 2009/2010



Por Eduardo Remolins

Uno de los mayores efectos de la turbulencia económica internacional es el sicológico. En este mismo momento hay decenas de millones de emprendedores en todo el mundo pensando que lo único que se puede hacer en este contexto, y hasta que se vuelva a la normalidad, es sobrevivir o postergar todos los proyectos.

¿Es cierto eso? No necesariamente. Hay acciones y estrategias que no sólo se pueden poner en marcha en este contexto, sino que en algunos casos APROVECHAN las condiciones económicas actuales. Es decir, son ideales para este momento. Estas son cinco de ellas:

1- Buscar ideas. Para identificar una oportunidad de negocio no es necesario que se dé ninguna condición económica especial. De hecho, algunas surgen especialmente en los “malos” momentos. En medio de las crisis aparecen OTRAS oportunidades económicas. Por ejemplo, en este momento la necesidad de muchas personas de obtener ingresos extra crea nichos de negocio.

Un buen ejemplo son las empresas que permiten vender o alquilar bienes que sus dueños no necesitan. Y no me refiero solamente a los sitios de subastas tradicionales, sino a toda una nueva gama de sitios especializados. Un caso de este tipo es Borro.

Este tipo de ideas (que se pueden copiar y adaptar), pueden encontrarse con un poco de investigación en la web y una mirada atenta puesta en los medios de comunicación especializados. El problema económico (la recesión) está instalado desde hace meses y algunas de las soluciones para los consumidores ya comienzan a aparecer. Esta es una buena época para incubar y pulir ideas de proyectos que se llevarán adelante cuando sea oportuno.

2- Comenzar part time. Puede suceder, no obstante, que hayas encontrado una idea u oportunidad de negocio que valga la pena poner en marcha inmediatamente. Especialmente si esa oportunidad depende de las condiciones económicas actuales. Si ese es el caso, lo más recomendable puede ser comenzarla en paralelo a tu actividad principal. Es una buena forma de testear el mercado y el producto, sin arriesgarte demasiado. Puede agregarle algunas horas de trabajo a tu jornada, pero no son estos tiempos para renunciar a tu empleo (si lo tienes), o cerrar un negocio existente que ya esté dando beneficios. Prudencia es el nombre del juego.

3- Dar el salto. Si una vez testeado el producto decides que la oportunidad es demasiado grande y atractiva como para no aprovecharla totalmente, quizás sea momento para lanzarte full time con tu idea, aprovechando que en las crisis suele haber activos y recursos subutilizados o con un precio menor que en otras épocas.

Por ejemplo, en estos momentos te será más barato alquilar un local o más fácil conseguir una ubicación privilegiada. Hay más abundancia de buenos recursos humanos, incluso gente que estará dispuesta a compartir tu aventura como socios o empleados con participación en el capital. Esto puede deberse a que sean personas valiosas pero que hayan perdido sus empleos y por lo tanto su “costo de oportunidad” para emprender algo nuevo sea más bajo que en épocas de auge económico. Finalmente, el acceso a ciertos proveedores clave para una nueva empresa es definitivamente más factible en una recesión. Esto se aplica, por ejemplo, al caso de los talleres de costura, si es que tu emprendimiento es de diseño de indumentaria y hay muchos otros casos similares.

4- Ocupar casilleros vacíos. Si tu empresa o emprendimiento ya está funcionando, puede que este clima económico te sea favorable por otros motivos. Estos son tiempos en que las grandes empresas contraen sus operaciones. Dejan algunos mercados y con frecuencia reducen sus líneas de productos. Esta retirada parcial abre espacios y oportunidades para los emprendedores que puedan llegar a ocuparlos y hacerlos rentables merced a costos menores o propuestas diferenciadas.

Las cadenas de restaurantes se achican, las casas de moda cierran locales, todas las empresas grandes se concentran en achicar estructura y costos y en deshacer los excesos en que incurrieron en tiempos de vacas gordas. Ese es el momento para ocupar un nicho o espacio dejado vacante.

Esto es especialmente válido para los productos caros y sofisticados, como lo demuestra este caso. ¿Qué joven diseñador o diseñadora ocupará ese espacio vacante? Esta empresa y esta otra aprovecharon circunstancias semejantes. Y lo hicieron con mucho éxito.

5- Pisar el balón y levantar la cabeza. Esta es una expresión del fútbol. Pisar el balón(o la pelota), significa hacer una pausa, dejar de correr alocadamente.

Levantar la cabeza es ver la posición de los demás jugadores, es decir, obtener un panorama del juego que me permita actuar estratégicamente, no a impulsos. En el mundo de las empresas, a menudo el vértigo de las operaciones diarias nos impide pensar estratégicamente. Se corre incansablemente para alcanzar metas de producción cada vez mayores, especialmente cuando la economía crece y los pedidos se multiplican. En esas condiciones es casi imposible tomarse un tiempo para mirar con perspectiva. En tiempos de contracción económica, por el contrario, se pueden encontrar con más facilidad estos espacios.

Obviamente, esta también es una recomendación para emprendedores que ya tienen el negocio en marcha. “Levantar la cabeza” no quiere decir que dejemos de poner esfuerzo en incrementar la clientela, sino que lo hagamos con mayor inteligencia. En general, la fórmula para superar las pruebas que nos pone una economía recesiva está asociada a EVITAR la competencia, no a asumirla. Esto significa concentrarse en todos los medios al alcance para DIFERENCIAR el producto y la proposición de valor, de forma que no nos encontremos compitiendo codo a codo con una legión hambrienta de otros emprendedores por un mercado que se achica cada vez más. Mientras más “especial” es mi producto, menos competencia enfrento. Y mientras menos competencia enfrento, menos me afecta la crisis.

En suma, se podría decir que, en cierto sentido, no hay épocas “malas” o “buenas”, todo depende de lo que queramos hacer. Y para definir mejor qué es lo que quieres hacer, toda la ayuda que consigas te será útil. Un tutor o mentor, por ejemplo, puede ahorrarte mucho tiempo y esfuerzo. Si eso es lo que estás buscando, esto puede servirte.

Lo importante es que no te detengas y que veas este período económico que tenemos por delante como una parte del camino que hay que recorrer. Saquemosle el mejor provecho.

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